3 mitos letales para el matrimonio

El amor no es fácil.

Si has vivido en pareja por más de un año, sabrás muy bien que pocas cosas son tan desafiantes y tan determinantes de cómo nos sentimos como nuestra relación de pareja.

Este artículo en el NY Times, escrito por uno de mis filósofos favoritos, Alain de Botton, me ayudó a cristalizar 3 expectativas que nuestra cultura ha plasmado profundo en nuestras psiques, y que suelen ser letales para el matrimonio.

Aunque la primera parte del artículo no será esperanzador, te prometo que el final… es un final feliz. Empecemos entonces con los 3 mitos:

 

1) Necesitas escoger la pareja ideal:

Quiero una pareja que sepa cocinar y le guste limpiar. Que sea buena en la cama, pero que tenga el mismo nivel de deseo que yo (semana a semana, y mes a mes).

Que sea honesta como un santo, pero que sepa comunicar la verdad delicadamente. Que tenga una familia amorosa, pero que sepa mantener su distancia.

Que tenga un buen trabajo, pero que esté muy pendiente de la familia. Que esté en forma, pero que no tenga demasiada vanidad.

Etc. Etc. Etc.

Tu pareja ideal no existe. Mientras estés enamorada, tu pareja podrá parecer ideal, al menos parte del tiempo. Pero es imprescindible reconocer que tu pareja nunca será ideal, no importa cuánto esperes por ella, o será imposible estar satisfecho.

Por si esto fuera poco, hay un agravante:

La mayoría de nosotros nos casamos sin conocernos a nosotros mismos. Quizás tengamos una idea de nuestros gustos. Pero hasta no tener ciertas experiencias de vida, no sabremos muchos aspectos importantes acerca de cómo manejamos conflictos. No entenderemos qué aspectos de nuestra infancia no se sienten del todo completos. Probablemente no habremos enfrentado a nuestros peores miedos…

Y lo más frustrante de todo esto, es que la mayoría de las cosas importantes que necesitamos saber acerca de nosotros mismos para escoger bien a nuestra pareja, las aprendemos únicamente cuando finalmente vivimos por un tiempo prolongado en una relación de pareja.

 

2) Necesitas una pareja que te entienda:

Después de unos años, puedes asumir que tu pareja te conoce y te entiende mejor que la mayoría del mundo. En algunos modos, quizás mejor que te conoces a ti mismo.

Y aún así, es de esperar que muchas veces te sientas solo dentro de tu pareja. Porque en muchas circunstancias, tu pareja estará viendo al mundo a través de su filtro, sus experiencias pasadas, sus miedos y anhelos.

Y esos momentos pueden sentirse peor que cuando no tenemos pareja, porque nuestra expectativa es que si alguien debería de comprendernos… es la persona con la que hemos decidido compartir nuestra vida de la manera más íntima.

Esto no quiere decir que está todo perdido. Deberíamos al menos reconocer cuando nuestra pareja al menos hace el intento por comprendernos.

Y en este sentido, puedo recomendar altamente que busques una pareja que al menos desee entenderte, y que no invalide tu punto de vista si no puede entenderte.

Si tu pareja carece de la intención de comprenderte, será todavía más difícil no sentir soledad dentro de la relación.

 

3) Necesitas una pareja que no esté loca:

En el artículo que mencioné al principio, de Botton escribe que en una sociedad más consciente, una pregunta normal para una primera cita sería:

“Y de qué modo estás loco tú?”

Porque todos tenemos nuestras sombras. Y muchas veces no aparecen hasta cierto tiempo después de casados.  Por eso una pregunta común de recién casados es “y éste quién es?

Quizás no es que olvidemos que todos los seres humanos estamos “incompletos”, desbalanceados de algún modo u otro.  El problema es que nos toma de sorpresa, cuando el velo de nuestra percepción se alza, y nuestra pareja empieza a mostrar sus verdaderos colores.

“No es un problema”, pensamos. “Nada que no pueda ayudarle a cambiar”.

Pero a pesar de que todos tenemos aspectos que quisiéramos mejorar, no solemos estar cómodos con que nuestra pareja quiera cambiarlos todos, incluso algunos con los que estábamos perfectamente contentos.

La alternativa vive en la negociación constante con nuestra pareja y con nosotros mismos, encontrando ciertas cosas que estamos dispuestos a mejorar, otras con las que nosotros y nuestra pareja tendremos que aprender a vivir…

 

No todo está perdido

Prometí terminar el artículo con buenas noticias, y las tengo.

Aunque escoger una persona razonablemente compatible, que quiera comprenderte y que no tenga demasiadas neurosis y esté dispuesto a cambiar al menos algunas de ellas sería lo ideal…

Se puede trabajar con lo real.

El verdadero desafío es lidiar con las secuelas de las expectativas irreales de la literatura y las películas con las que crecimos. Porque esas expectativas nos hacen sentir que nuestra relación de algún modo “está mal”.

Si algo puedo recomendar, es que en vez de buscar una pareja ideal, deberíamos buscar una pareja que sepa ajustarse a la realidad difícil de vivir en pareja. Y cultivar, dentro de nosotros mismos, la capacidad de adaptarnos a nuestra pareja para generar armonía.

Y para aquellos momentos en que nos sentimos solos dentro de nuestra pareja… cultivar una relación con lo divino que nos ayude a sentirnos más conectados con el Universo entero.

El Yoga y la meditación pueden ayudarnos a lograr más paciencia y tolerancia con nuestra pareja, más autoconocimiento, y mayor conexión con lo divino.

Vale la pena practicarlo, cierto?

Profundiza tu practica, conecta con un camino de vida, y aprende a compartir de forma auténtica desde tu centro.

1 Comentario

  1. Rosa Vento

    Excelente artículo !…ciertamente el tema de las espectativas es uno de los más complejos que manejamos los seres humanos y el que genera la mayor cantidad de frustración.y definitivamente la meditación ayuda a que uno pueda ver las cosas desde otro ángulo, con otra valorización.

    Gracias por compartir Mijael

    Un abrazo

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *