Por muchos años he querido hacer ejercicio de manera más regular.
Pero fallaba.
Las intenciones no son suficientes, seguro ya lo sabes.
Hay ciertas cosas que te pueden ayudar un montón a lograr resultados… Y el libro “Stick with it” de Sean Young puede ayudarte un montón.
Acá tienes algunos consejos que pueden ayudarte, y vienen directo de la ciencia del comportamiento:
1. Cuál es el objetivo, “en grande”.
Si no tienes práctica logrando objetivos trazados, entonces mi sugerencia es que empieces con algo más pequeño, para trabajar en “los músculos” de tu capacidad de lograr lo que te propones.
Sea lo que sea que quieras lograr, tu objetivo puede ser “quiero llegar a X talla”, o “quiero meditar todos los días por X cantidad de tiempo”, o “quiero hablar italiano de forma fluida”.
Recuerda que siempre es más fácil construir más sobre algo que ya hayas logrado, que trazar metas enormes que al fallar te desaniman.
2. Haz que tu objetivo importe
Si solo piensas en “kilos” por ejemplo, esto no es muy efectivo. Saber intelectualmente que algo que hacemos o dejamos de hacer es bueno para nosotros suele ser una motivación muy pobre.
Pero si piensas en cómo vas a sentirte, entonces estamos hablando de algo que realmente nos mueve.
“Quiero sentir más energía, más vida, más orgullo, más paz…” qué es lo que más te motiva de tu meta?
A veces, puedes pensar de qué modo esta meta refleja en quien quieres ser, y de este modo introducir un aspecto de tu identidad. Por ejemplo:
“Yo soy un deportista/atleta”. Por eso hago ejercicio… es parte de mi identidad. O “soy una persona sana”.
3. Cuál es tu estrategia a largo plazo?
Normalmente nos toma al menos unos cuantos meses lograr cualquier objetivo, incluso si tenemos resultados a corto plazo.
Por ejemplo, aunque tengo muchos meses haciendo ejercicio de forma regular, no empecé con 4 veces a la semana, sino con 2. Posiblemente logre todavía más en el futuro cercano… pero no hay apuro 🙂
Aprender un idioma podría tomar dos años. Eso no es problema, siempre y cuando tengas una estrategia, que puede ser progresivamente más intensa, o que siempre se quede en “de a poquito”.
Date suficiente tiempo para fallar y volver a empezar si es necesario. De ese modo, aunque está en el calendario, tienes espacio para caerte y volverte a levantar.
4. Cuál es tu estrategia a corto plazo?
Es hora de encontrar objetivos que sean medibles, y fáciles de lograr.
Si sabes exactamente lo que vas a hacer, de un modo simple y bien pensado, será más fácil lograrlo.
Si no tienes idea de cómo lograrlo y necesitas ayuda de un profesional, este es el momento de preguntar detalles.
Una vez que tengas una idea muy clara de lo que vas a hacer en cada etapa, asegúrate de que estos objetivos sean realmente “pasos de bebé”.
Recuerda, trabajar sobre tus éxitos es mucho más fácil, porque estarás motivado al ver que lo estás logrando.
5. Cambia el contexto/ambiente
Somos increíblemente vulnerables a nuestro ambiente. Si quieres meditar, qué necesitas cambiar para lograrlo?
Si quieres hacer ejercicio, podrías cambiar la música, la luz, la ropa, el lugar donde te vistes, etc.
Piensa en todo lo que puede convertirse en un obstáculo, y qué puedes hacer para que te sea más fácil lograr tu meta.
Si quieres comer algo que no estás comiendo, qué puedes hacer para que sea más fácil hacerlo? Si quieres dejar de comerlo, cómo puedes alejarlo lo más posible, o hacerlo caro, distante, incómodo de ingerir?
Haz que tu ambiente o contexto genere la mayor cantidad de motivación externa, y la menor cantidad de “fricción” o dificultad para lograrlo.
Nota especial: si puedes hacer que tu meta esté atada a algo que ya haces de forma regular será más fácil todavía. Como mínimo, trata de que las acciones a tomar sean lo más regulares posible, o sea, siempre en el mismo lugar y hora por ejemplo.
6. Involucra a otros
Incluso si eres introvertido, esta parte ayuda un montón. Depende de cuán importante sea para ti, puedes comprometerte con alguien y pedirle que te haga responsable por tus metas.
De ese modo, cuando no las cumples, te dará un poco de pena y será más fácil volver a encaminarte.
Hace unos meses dejé de comerme las uñas. Aunque todavía lo hago de vez en cuando (sin querer- no me doy cuenta!), la presión de haberlo hecho público no me deja caer demasiado sin pensar que no puedo simplemente dejarlo a un lado.
A veces es más simple: hacer la actividad que querías con otra persona, puede ayudarles a ambos. Esto solo funciona si la persona que escogiste se lo toma en serio… así que escoge juiciosamente 🙂
7. Usa una zanahoria y/o un palo.
No todos respondemos al mismo tipo de estímulos.
Algunos queremos celebrar nuestros logros con algún premio, y esto nos motiva más a seguir trabajando por nuestras metas.
Otros tenemos más miedo a las consecuencias negativas, y podemos usar una plataforma como “stickk”, en donde le damos a otra persona el poder de decidir si en efecto hicimos lo que nos comprometimos a hacer, y escogemos una consecuencia si no lo logramos.
Por ejemplo: ponemos $100 en la plataforma de stickk como garantía, y le decimos a un amigo que sea el árbitro de nuestra meta. Si no logramos nuestra meta, el árbitro le dice a stick que libere ese dinero a la organización de fines de lucro de nuestra preferencia.
Si quieres hacerlo más radical, puedes escoger una “anti-caridad”, o sea, una organización que detestas. Nadie quiere perder $100, mucho menos que se use para apoyar causas que detestamos 🙂
Y tú… qué estás tratando de lograr?
Ponlo en los comentarios abajo!