Susana no podía pararse, y tenía una lesión que le causaba mucho dolor en el hombro derecho.

 Susana sufría de una enfermedad que progresivamente le iba limitando el movimiento. La enfermedad se llama Atrofia Múltisistémica, y es parecida a ALS, o Lou Gherigs disease.

En nuestra primera sesión, Susana todavía tenía la capacidad de caminar, aunque con ayuda.

Un año más tarde, caminar era ya muy difícil, aunque podía hacerlo mejor en la piscina.

Fue en ese período que tuve que irme a un entrenamiento por un par de semanas. Susana escogió a Henry, un profesor de Yoga que conocía a través de una amiga. El le daría clases de Yoga en mi ausencia.

Cuando regresé de mi viaje, encontré a Susana con mucho más dolor que antes. Esto me extrañó, porque su hombro estaba mejorando cada semana que la veía.

Susana me comentó que Henry le enseñó a hacer una parte del saludo al sol.

¿Saludo al sol?

Quedé en shock. 

Susana ni siquiera podía pararse por su cuenta… 

Incluso una persona que pueda pararse sin problemas, encontraría este ejercicio desafiante.

Mira la imagen. Hay varias posturas de subir y bajar, algo que le era imposible a Susana.  No podía hacer casi ninguno de estos ejercicios.

 

 

 

Estaba tan confundido, que llamé a Henry a preguntarle.

Henry me explicó que estaba enseñándole el saludo al sol, porque era «la base del Yoga», y sobre todo, la base de la primera serie de Ashtanga Vinyasa Yoga, un estilo de Yoga conocido por ser atlético y demandante incluso para gente joven y ágil.

«¿Pero Susana no puede pararse, cómo hizo los ejercicios?» -le pregunté extrañado.

«Sí, pero puede usar sus brazos y moverlos en oración hacia arriba, y luego bajarlos hacia el piso» -contestó.

«Pero subir sus brazos con las palmas juntas le causaría más dolor e inflamación en el hombro» -Le dije, confundido.

«No te preocupes. Esta es una serie de «Yoga Chikitsa» (yoga terapéutico), que por miles de años ha ayudado a gente a sanar» -me dijo convencido.

En ese punto, no tenía nada más que decirle.

 

La importancia del contexto

No estoy en contra del uso del saludo al sol. Henry tenía la mejor de las intenciones.

Henry dijo que era un ejercicio milenario. Pero la versión del saludo al sol que él practicaba y enseñaba tenía quizás menos de 100 años.

Henry también dijo que era una secuencia terapéutica.

Pero a pesar de que Pattabi Jois (el profesor que popularizó esa secuencia en Occidente) decía que era una secuencia terapéutica, la persona que la diseñó no tenía eso en mente cuando la transformó en lo que es hoy en día.

Entender el contexto histórico de esta secuencia, podría ayudarnos a entender mejor cómo aplicarla a cada persona y situación.

 

Adaptando herramientas

La perspectiva de que la postura «se hace así porque así se hace» (o se ha hecho por mucho tiempo), limita a tu capacidad de adaptar las herramientas al individuo.

Una vez que tenemos una perspectiva histórica apropiada, y nos hemos dado el permiso de adaptar las herramientas al individuo, necesitamos todavía un poco más de conocimiento.

Porque para adaptar las herramientas, necesitamos primero poder determinar con claridad la situación del estudiante, y entender los componentes de la técnica que queremos aplicar, incluyendo las bases anatómicas, y cómo afectan a nuestro estudiante en particular.

 

Pensamientos Finales

En mi opinión, habían muchas otras herramientas del Yoga que eran más apropiadas para ayudar a Susana.

Quizás Henry no tenía una caja de herramientas suficientemente variada. Pero al menos le hubiese ayudado a Susana, si hubiese sabido cómo adaptar las herramientas que tenía.

El saludo al sol sigue siendo una herramienta excelente (y muy poderosa) para aprender la base de muchos otros movimientos. Explorar su historia, la filosofía detrás de los movimientos, cómo adaptarlo, la musculatura que trabaja, y cómo añadirle aspectos energéticos… puede ser increíblemente enriquecedor.

Con cariño,

Mijael