(Actualizado 2022)

Marcos* vio su primera película de terror a los 6 años.

Demasiado temprano, definitivamente.

La película era de Freddy Krueger, un verdadero monstruo que aparecía en los sueños de jóvenes, y los hacía papilla con sus garras. Lo que sucedía en el sueño se transfería a la realidad.

Sería difícil imaginar que Marcos quisiera ver nuevamente esta película… pero en efecto, eso es justamente lo que hizo, en repetidas ocasiones.

Este no es Marcos. Pero aparentemente él no era el único

¿Qué podría hacer que un niño tan afectado por estas películas, las busque una y otra vez?

Aunque este es un tema sin respuestas fáciles, y debatido en el mundo de la psicología, hay algunas razones que sobresalen en la literatura:

 

  1. Tensión: el suspenso, y el shock, producen un montón de adrenalina. Esto en sí mismo es bastante adictivo.
  2. Simulacro: Podemos explorar las cosas que nos dan miedo dentro de circunstancias que son todavía seguras.
  3. Relevancia: el miedo a la muerte nos hace pensar en la vida y su significado
  4. Irrealismo: la imaginación puede volar.

Esta última es importante: la mayoría de las personas que van al cine a ver una película donde alguien muere horríficamente, están conscientes de que están viendo una película completamente imaginaria, y tienen la capacidad de desconectarse emocionalmente un poco más de lo que ven en la pantalla.

Esas mismas personas quizás no tendrían ganas de ver una película en donde eso sucede reflejando algo que sucedió «de verdad».

Pero un niño de 6 años tiene más dificultad en diferenciar el artificio del cine, y por lo tanto quedará mucho más afectado por una película así…

Aún así, la adicción al horror funciona parecido a otras adicciones, este artículo describe muy bien la forma en que las hormonas segregadas durante una película de terror, hacen que nuestro cerebro cambie de formas importantes.

 

HORROR EN ALZA

Este gráfico de la cantidad de películas de horror dice más que mil palabras:

El crecimiento es exponencial.

La razón es simple: funcionan.

Muchas de estas películas:

  1. Tienen un bajo costo de producción
  2. Requieren de poco esfuerzo para los guionistas (a la gente no le importa mucho la historia, lo que quieren es que los asusten)
  3. Aprovechan la psicología del miedo, que nos deja queriendo más

HORROR vs. TERROR

Esta distinción viene (según lo que vi en la Internet, que no siempre es de fiar), de Ann Radcliffe, una escritora que propone que el:

Terror es el miedo que nos infunde algo que no ha sucedido, pero creemos será horrible.

Horror es la reacción de repulsión y shock que nos produce ver algo… horrible.

Las películas que vemos tienen aspectos de ambos, y cada una de estos elementos produce un efecto distinto.

 

¿POR QUÉ NOS ATRAE EL HORROR?

Las teorías varían. Acá un resumen:

1) Tensión y Alivio.

Las películas usan un sentido cada vez más alto de alerta, una explosión de miedo, y una «descarga», luego de la cual quizás hay una sensación de verdadero alivio.

2) Adrenalina «segura».

Del mismo modo que a ciertas personas les encanta ir rápido, o saltar de un paracaídas… no todos somos igual de sensibles a esta hormona. Un atractivo de estas películas es que nos permiten sentirla en la seguridad de nuestra casa. Puse entre comillas a «segura», por lo que viene abajo…

3) Catarsis emocional.

Para algunas personas, algunas de estas películas ofrecen catarsis emocional (dependiendo mucho de la trama y el desenlace).

 

EL EFECTO DEL MIEDO

No quiero decir con este artículo que ver películas de terror causan adicción o son negativas para todas las personas.

Pero buscar adrenalina de este modo, podría tener efectos que van en la dirección contraria de una vida espiritual.

Aunque ninguno de los siguientes efectos suceden en todas las personas, son posibles y ciertamente no deseables. Ver películas de terror podría ocasionar:

 

  1. Efectos parecidos al estrés post-traumático (típicamente en grados reducidos), en donde estamos hiper-atentos a nuestro alrededor, y cualquier cosa nos hace saltar.
  2. Menos compasión, porque podemos reducir nuestra sensibilidad al sufrimiento de otros
  3. Hacernos más reactivos y ansiosos
  4. Dificulta nuestro sueño. A veces de un modo sutil e imperceptible.

Aunque la desensibilización podría ser ideal en algunos casos específicos, para la mayoría de nosotros, si deseas que Halloween sea algo más espiritual, busca recordar lo efímero de la vida, o conecta con tus antepasados de un modo que te ayude a sanar heridas… y aléjate del miedo, que suele ser la energía contraria al amor.

 

Con cariño,

Mijael