Los amarres o agarres en el Yoga son muy variados, y usualmente sirven para darle más palanca al cuerpo a la hora de estirar.
En este artículo en particular estaré hablando específicamente de aquellos que implican rotación interna del húmero, como lo que sucede en el brazo de abajo en las siguientes posturas:

Aunque el húmero (brazo) debería poder mover moverse libremente en todas las direcciones, hay una dirección que suele ser particularmente delicada: la rotación interna.
Lo que viene es una explicación anatómica que suele requerir de cierto cocimiento previo.
Si no entiendes bien lo que digo, quizás lo que comprendas te ayude de todos modos para lograr una práctica más segura.
Tres razones anatómicas que sugieren cuidado
1) Lesiones de manguito rotador: si alguna vez has escuchado de lesiones en el manguito rotador, el supraespinoso está involucrado en al menos un 75% de ellas. Estos movimientos estiran ese músculo al mismo tiempo que lo presionan en contra del hueso que tiene arriba. Esa combinación podría ser lesiva en personas que ya tienen cierto daño en ese músculo (muchas!).
2) Reducción del espacio: La rotación interna reduce el espacio subacromial. Este es el lugar en donde ocurren la mayoría de las lesiones de hombro, y cuando ya hay una condición pre-existente (bursitis, lesiones del tendón del bíceps, lesiones de SLAP), reducir el espacio que ya está comprometido suele ser una receta para más dolor.
3) Introduce mucha palanca, con poco espacio para error: esta última es quizás la parte más importante.
Mientras más «trancas» al cuerpo, menos espacio le das para acomodarse y encontrar un lugar cómodo o seguro.
Sí, hay más palanca, y eso puede significar a veces más estiramiento en algunas zonas del cuerpo.
Pero si llevas a tu cuerpo al 100% del rango de movimiento que tenía disponible para poder finalmente hacer el agarre (algo muy común durante la clase), tendrás palancas grandes que requieren de muy poca fuerza para poder halar de forma considerable.
Lo que recomiendo
Como terapeuta de Yoga, veo con frecuencia muchas lesiones que suceden dentro de la práctica de Yoga, y eso me hace más precavido con mis estudiantes (¡y conmigo también!).
Como te muestro en este artículo, también hay razones de peso basadas en la anatomía y biomecánica para tener mucho cuidado con este tipo de agarres.
Por eso te sugiero: si no llegas a agarrar fácilmente, no uses este tipo de amarre para ganar más flexibilidad.
Incluso si usas cintas, cuando estés haciendo amarres en rotación interna del húmero, date aunque sea un poquito de espacio para no jugar con los extremos. Y busca otro tipo de movimientos más abiertos que te permitan estirar con más control y sin tanta palanca.
Otra alternativa: varios de estos movimientos pueden hacerse apoyando el brazo, pero en vez de rotarlo internamente, haciendo una rotación externa.

Por último: tener brazos largos o cortos en relación al resto del cuerpo podría hacer estos agarres más fáciles o difíciles. Conseguir agarrar de este modo a los brazos no significa que «llegaste» a ningún lado, simplemente que tu cuerpo tiene una forma y flexibilidad determinada.
¡Nadie se ilumina al «llegar» a algún lado en una postura!
Si quieres aprender más, mira más abajo la información que tengo para ti.
Con cariño,
Mijael