
Acá me ven contento de la vida en la andadera!
Mi madre me cuenta que una de las cosas que más me hizo feliz cuando era un bebé era deslizarme por toda la casa en la andadera (que es como darle ruedas, velocidad y libertad a un infante que todavía no camina).
7 años más tarde, cuando fui por primera vez a Nueva York, vi algo que me marcó para siempre: un señor en un traje, andando en patines por la calle. Recuerdo haber pensado “cuando sea grande, yo voy a hacer eso!”.
A los 19 años me mudé a Nueva York para estudiar en la Universidad. De las primeras cosas que hice: compré un par de patines y aprendí a patinar!
Amigos bromeando me preguntaban que si dormía con los patines puestos… eran mi medio de transporte para cualquier dirección de menos de 40 cuadras. No se trataba solamente de la velocidad con la que llegaba a todos lados: la sensación de libertad y diversión me daban un placer indescriptible.

Mis rollerblades sacaban humo al final del día ?
Pero luego de un año empecé a tener dolor en la rodilla derecha. Un dolor que me despertaba en las noches. Fui al doctor y me dijo que necesitaba estirar. Así empecé a hacer yoga.
Pero eso no fue suficiente, así que me mandaron a fisioterapia. Pero eso tampoco fue suficiente –y eventualmente terminé en la oficina de un ortopeda especialista en rodillas. El problema es que era un doctor especialista en operar rodillas. Así que unas semanas más tarde estaba saliendo del quirófano, con una pequeña artroscopia para ayudarme a centrar la rodilla.
En varias ocasiones hice mención de los patines, pero ninguno de los doctores o fisioterapeutas evaluaron mi movimiento, fuerza y flexibilidad en las caderas y tobillos. El conocimiento “de punta” de la rehabilitación física moderna aparentemente no había llegado a estos profesionales todavía.
Hoy en día entiendo claramente por qué me dolía la rodilla derecha en particular (siempre usaba mi pierna derecha para frenar al patinar, y poco a poco generé un gran desbalance muscular que afectó mi rodilla). Balancear mis músculos de manera consciente y efectiva hubiese eliminado el dolor de rodilla sin necesidad de operar.
Muchos de nosotros empezamos a hacer algún deporte nuevo que suele hacer más grandes nuestros desbalances. Otros simplemente sentimos el impacto de sentarnos por mucho tiempo. Vivir de una forma tan desconectada de nuestro movimiento natural suele generar problemas, a la corta o a la larga.
Y es por eso que entender cómo balancear nuestro cuerpo es esencial para una vida llena de placer… Sin el dolor.
Mis mejores deseos para que así sea,
Mijael