Hernia o Protrusión Discal: todo lo que necesitas saber (ahora!)

Si fuiste a un doctor porque te dolía la espalda, probablemente en su diagnóstico te dijo que tenías una hernia discal.

¿Cómo lo sabía?

Este es quizás el diagnóstico más común que los doctores dan a sus pacientes con dolor de espalda o ciática.

Las mayoría de la gente que tiene una hernia discal tienen algo en común: se sientan o paran por largo tiempo… sin moverse mucho.

En un momento te explicaremos por qué esto es tan importante, pero por ahora..

¿Qué es una hernia?

La palabra hernia significa que una parte del cuerpo se “sale de su lugar”.

Los discos en tu espalda son como una “llanta” que ayudan a amortiguar a las vértebras.

Esa “llanta” se llama anillo fibroso, porque tiene esa forma y está hecho de varias capas de fibra esponjosa pero fuerte.

El anillo tiene una bola de gelatina en el centro, que se llama “núcleo”. Las hernias suceden cuando el núcleo gelatinoso empuja al anillo hacia afuera.

¿Cuál es la diferencia entre una hernia discal, una protrusión discal, disco prolapsado, roto o secuestrado?

Básicamente estamos hablando del mismo problema, pero en distintos grados.

El gran problema es que no todos los doctores usan exactamente los mismos términos.

Aunque esta guía te ayudará a comprender mejor los grados de una hernia discal, si te diagnosticaron con una, lo mejor que puedes hacer es hablar con tu doctor para saber exactamente qué tienes, y en qué grado.

Prolapso | Protrusión

Prolapso | Protrusión

 

Cuando el núcleo, o centro gelatinoso del disco, abulta la circunferencia del disco sin romperla.

El núcleo se mantiene dentro del anillo, y por lo tanto se le refiere como “contenida”.

Hay distintos grados de abultamiento, y este tipo de deformación es muy común en los adultos, y no siempre ocasiona dolor o síntomas.

Extrusión | Hernia

Extrusión | Hernia

 

Sucede cuando el ánulo (el anillo duro) se rompe y deja que el núcleo se salga del centro.

El núcleo puede tocar un nervio e inflamarlo.

Aunque parezca extraño, no siempre ocasiona síntomas.

Disco Secuestrado

 

En este caso el núcleo no sólo sale del disco, también pierde contacto con él y queda “flotando” en el área.

En algunos casos el núcleo puede ser reabsorbido por el cuerpo.

En otros, la única forma de resolver el problema es sacándolo a través de una cirugía.

Síntomas típicos

de una hernia discal:

  • En flexión: suele doler más cuando te doblas hacia adelante, o cuando subes luego de doblarte hacia adelante}
  • Si la hernia aprieta un nervio: podría causar dolor, adormecimiento y hasta debilidad.
  • No es predecible: A veces empieza de repente, a veces viene poco a poco. Puede ser constante o ir y venir.
  • Puede causar espasmos musculares severos.
  • Si la hernia no aprieta al nervio: es muy probable que no esté causando ningún síntoma.

Dependiendo del lugar:

  • Si el pinzamiento es en la región lumbar: es posible que desarrolles ciática. La ciática es un dolor que baja desde el glúteo hacia abajo en la pierna, y sucede por pinzamiento en el nervio ciático, que empieza en la espalda baja y sigue hacia los pies.
  • La ciática suele suceder en una sola pierna:  puede estar acompañada o no de dolor de espalda. La sensación puede bajar hasta los pies, detrás de las rodillas, y puede sentirse como agujas, adormecimiento o debilidad además de dolor.
  • Si la hernia es en el cuello: el dolor, adormecimiento y debilidad puede ir hacia el cuello, los hombros y los brazos.
  • Si tienes una hernia cerca de las costillas más bajas, es posible que sientas el dolor en la parte de delante de tus piernas, por el músculo psoas.

¿Qué suele agravarlo?

  • Sentarse o pararse por tiempo prolongado.
  • Puede sentirse mucho más al toser, estornudar o hacer esfuerzo al ir al baño.
  • Flexionar la espalda sin soporte, como cuando vas a recoger algo del piso.
  • Girar la espalda, sobre todo de manera rápida o movimientos grandes.

¿Qué lo alivia?

  • Caminar, pero cuidado: no lo hagas por mucho tiempo (más de 15 minutos), porque el dolor crónico suele producir desbalances musculares. Si no usas los músculos apropiados para caminar, puedes hacer más daño que bien.
  • Acostarse. SI te acuestas boca arriba, recomendamos colocar las piernas sobre una silla de este modo.
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Cuidado

Si tus síntomas incluyen debilidad en ambas piernas, pérdida de control de orina o heces o disfunción sexual, puede que tengas cauda equina y en ese caso levántate ahora y consulta con el médico de inmediato.

Causas de una hernia discal

La ciencia moderna ha estudiado esto sin conclusiones universales.

Algunos piensan que un mal movimiento, o cargar algo demasiado pesado o de forma inapropiada puede causar una hernia.

Pero es muy difícil determinar esto, porque para estudiarlo tendríamos que hacer un experimento en donde le pedimos a alguien que trate de ocasionar una hernia en su propia espalda…

y quién se anima?

Pero los científicos han encontrado otros métodos para contestar…

¿Cuáles movimientos causan hernias?

La mayoría de los estudios que buscan contestar esa pregunta, toman cadáveres de animales, y sacan sus espinas dorsales.

Luego las someten a todo tipo de movimientos de manera repetida, y estudian qué sucede en los tejidos.

Pero este tipo de estudios es muy controversial. Hay varias razones:

a)      La espina dorsal no vive “desconectada” de los músculos y ligamentos que la rodean. Nuestra espalda es un sistema complejo, y los músculos, tendones y ligamentos hacen que se mueva distinto a lo que se logra en un laboratorio.

b)      Los animales estudiados tienen una espina distinta a la nuestra. Nuestra columna es mucho más flexible!

c)       El cuerpo se recupera. Cuando hablamos de un cadáver, y repetimos mucho estrés que nunca repetiríamos en nuestro cuerpo, estamos hablando de dos cosas totalmente distintas.

Tu hernia es la culpable del dolor?

Hasta ahora, todo lo que expone este artículo parece ciencia lógica y totalmente probada, cierto?

A pesar de que quizás la mayoría de los médicos ortopedas y neuro-cirujanos han adoptado esta teoría, tiene muchos detractores.

Hay algo muy “curioso” con respecto a esta teoría.

No hay pruebas contundentes de que todos estos cambios físicos en los discos ocasionen dolor directamente.

A continuación te presento la evidencia de dos estudios, que demuestran que no siempre las hernias discales producen dolor.

Pero antes de que las leas: existen otros estudios parecidos, pero que señalan lo mismo:

Casi todas las personas adultas tienen alguna protuberancia, hernia o degeneración de los discos, es una característica normal del envejecimiento.

Estas hernias casi siempre aparecen en el área lumbar, el lugar en donde la mayoría de la gente tiene dolor.

(M C Jensen, 1994)

Este estudio encontró que un 28% de los adultos sanos sin dolor de espalda tenían una hernia de disco, y el 52% tenía un abultamiento o protrusión del disco.

Su conclusión:

“Dada la alta prevalencia de estos resultados y de gente con dolor de espalda, el descubrimiento de la Resonancia Magnética de bultos o protuberancias en las personas con dolor de espalda baja puede ser frecuentemente una coincidencia.

(acá está la investigación)

(S D Boden, 1990)

De 67 individuos de distintas edades que nunca han mostrado dolor de espalda, casi un tercio de ellos tenía “anormalidades substanciales” en sus columnas, incluyendo hernias discales y estenosis espinal.

En los individuos de más de 60 años, todos menos uno de ellos mostraba degeneración discal y protrusión en los discos.

(acá está la investigación)

¿Confío en el diagnóstico?

Si la mayoría de la gente tiene una hernia o protrusión en la espalda baja, es posible que tu doctor encuentre una, y pueda explicar tu dolor con lo que ve (aunque no estemos seguros de que sea la razón).

Por eso hay estudios que dicen que hay un abuso de este tipo de exámenes, a veces por más de un 50%.

En la mayoría de las ocasiones las resonancias magnéticas no son efectivas en el diagnóstico del dolor de espalda (o de otros dolores), aunque a veces pueden ayudar a descartar problemas graves como tumores.

Pero el diagnóstico más importante lo hace un buen doctor, prestándole atención a una historia clínica detallada, observando tus síntomas, evaluando con tests de movimiento, y usando una herramienta que no siempre está afilada: la mente.

Y ahora… qué hago?

Hay una técnica que te puede ayudar a determinar si tu dolor viene de una hernia, y al mismo tiempo te puede dar información de qué hacer… y qué evitar.

Si llegaste hasta acá, no te pierdas la parte más importante de esta serie!