Kleshas: 5 causas del sufrimiento en el Yoga

Klesha significa literalmente obstáculo, pero… ¿obstáculo para lograr qué? La iluminación, o si prefieres, una vida espiritual.

Este concepto, como verás, contiene varias ideas que son centrales en el mundo del Yoga, y cuando llegues al final de este artículo, espero tu curiosidad te lleve a indagar todavía más.

Un poco de contexto previo: estaremos usando como referencia «Los Yoga Sutras de Patanjali», considerado como el libro clásico del Yoga por la modernidad.

Figura mística de Patanjali, autor de los Yoga Sutras

Los Kleshas en el Yoga:

Antes de mencionar el problema (los obstáculos), Patanjali empieza con la solución, o el concepto de «Kriya Yoga«, o «acción yógica». Para Patanjali, la acción yógica tiene tres elementos: disciplina (tapas), autoconocimiento (svadhyaya), y entrega a Dios (Ishvara Pranidhana).

Aunque ese concepto merece un artículo en sí mismo, es importante como contexto, porque Patanjali dice que el Yoga de la acción sirve para poder deshacernos de los obstáculos, que son:

Avidya, o ignorancia.

Asmita, identificación con el ego

Raga, o apego.

Dvesha, o aversión.

Abhinivesha, o miedo a la muerte

Avidya: ignorancia

Según Patanjali, “no ver las cosas como son es el campo donde germinan las otras clases de sufrimiento”.

En el Sutra 2:5, Patanjali define a la ignorancia como «confundir lo eterno con lo efímero, lo puro por lo impuro, lo que causa felicidad con lo que causa dolor y alma con lo que no es el alma».

Aunque cada una de estas parecen ser distintas, en esencia, Patanjali usa gran parte de su libro para recalcar la misma idea: cuando confundimos a lo eterno, o a la consciencia universal (Purusha), con la materia o el mundo fenoménico (Prakriti), sufrimos.

Asmita: el ego.

El problema no es que tengamos un ego. Al fin y al cabo es parte importante de ser humano, y algo que nos permite navegar por la vida de un modo natural.

Pero cuando confundimos nuestras ideas, nuestra personalidad, con nuestra verdadera esencia, sufrimos. Esto es algo que muchas tradiciones orientales tienen en común: cuando investigamos de manera profunda en meditación la pregunta «quién soy», todas las respuestas que podemos ofrecer se quedan cortas.

Solemos decir «soy x profesión, madre de tal, hijo de cual», o «soy un hombre alto, de x edad». Todas estas cosas pueden cambiar… y no son esenciales a quienes somos. Si seguimos explorando nos damos cuenta que nuestra personalidad es poco más que nubes tomando formas distintas constantemente.

Lo único constante en esas investigaciones es la consciencia que pregunta «quién soy» y observa a la mente tratando de lograr una respuesta.

Según la mayoría de las filosofías orientales, en la medida en que nos identificamos con esa consciencia que observa, nos damos cuenta que es totalmente neutra, que no tiene apegos, deseos, aversiones, expectativas… y de ese modo, si logramos desidentificarnos del ego, los demás obstáculos desaparecen.

Raga: apego

Este klesha es un cliché que conoces bien: buscar la felicidad afuera nunca termina de satisfacernos. Aún así nos convencemos de que si seguimos buscando otro carro, otra pareja, otro trabajo… algo más, allá afuera, finalmente seremos felices.

Pero en esa búsqueda constante nos perdemos de buscar la felicidad adentro, y sufrimos cada vez que no obtenemos o perdemos lo que deseamos, y nos estresamos un montón tratando de lograr o mantener los objetos de nuestro deseo.

Dvesha: aversión

 
La otra cara de la moneda de Raga: del mismo modo que buscamos placer, huimos constantemente del dolor o el sufrimiento.
 
A veces, usamos sustancias, personas, redes sociales, comida, etc. para poder sentir placer, otras para huir del dolor.
 
Pero en nuestra biología y psicofarmacología, lo que nivela al placer, naturalmente, es el dolor. Por ejemplo: la dopamina te lleva a comer algo dulce, que te produce placer momentáneo. Cuando dejas de comerlo, físicamente hay una sensación negativa que balancea el placer que acabas de sentir.
 
Esa es la forma en que nuestro cuerpo se asegura de que sigamos buscando aquello que nos da placer. Hace miles de años, cuando lo que nos daba placer no era tan accesible y nos ofrecía la oportunidad de sobrevivir o procrear, esto era una adaptación muy positiva.
 
Pero hoy en día, las cosas que suelen darnos salud a largo plazo (por ejemplo el ejercicio, dieta balanceada, dormir temprano), requieren de cierto esfuerzo que se siente como «dolor».
 
Además de lo detrimental que es para nuestra vida, no podemos huir para siempre de las cosas que no queremos experimentar. Cuando llegan, al no habernos preparado mentalmente para ello, inevitablemente sufrimos.
 
 

Abhinivesha: miedo a la muerte

 
El quinto Klesha es muy curioso, porque sigue la misma línea de Ragas (apego), pero es muy específico: apego a la vida.
 
Sería un tanto antinatural no tener este apego, y quizás por eso Patanjali escribe que este klesha afecta también a los más sabios.
Pero… por qué mencionarlo? Quizás no es solo apego a nuestra vida, sino a la vida de las personas que queremos. Y quizás justamente porque parece tan natural y hasta necesario, está incluído como un apego aparte.
 
Para Patanjali, apegarse a esta vida es una forma más de identificarnos con lo que cambia. Si queremos iluminarnos por completo, en algún momento tenemos que asumir lo que significa, de manera absoluta, que nuestra identidad es la consciencia pura, y que esa consciencia es eterna y parte de todo.
 

Regreso al inicio: ¿cómo nos deshacemos de los kleshas?

Si recuerdas, Patanjali nos ofreció ya una respuesta: con disciplina, autoconocimiento y entrega a Dios (Kriya Yoga).

Pero cada uno de esos términos significa algo muy distinto dependiendo de quién traduzca e interprete el contenido de ese libro.

Para ti… ¿qué significan esas 3 palabras que definen a Kriya Yoga?

Te leo abajo. Si hay suficientes comentarios, escribiré un artículo al respecto, con distintas traducciones de autores con puntos de vista que enriquecen por su contraste.

Con cariño,
 
Mijael
 
 

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