He estado en clases de Yoga en las que pasamos más del 30% del tiempo en perro hacia abajo.

Vivimos en una era de Yoga dominada por las Vinyasas, y en particular, el perro hacia abajo como postura de «descanso» y conexión entre otras poses.

Quizás no sea una exageración decir que esta posición es la más practicada de todas.

Creo que corresponde a todos los profesores de Yoga comprender cómo llegamos aquí, cómo podría estar perjudicando a nuestros estudiantes y qué hacer al respecto.

Manos a la obra:

Cultura del perro hacia abajo: por qué creo que sucede

Hay tres razones principales por las que creo que esta posición en particular domina el paisaje

1. Historia moderna del Yoga
 
La prevalencia de las primeras enseñanzas de Krishnamacharya en los estilos de Yoga más populares. Estamos a punto de adentrarnos un poco en la historia moderna del yoga, pero será breve.

(T. Krishnamacharya, cuando enseñaba a Pattabi Jois)

Krishnamacharya, conocido a veces como «el pionero del Yoga moderno», enseñó a Pattabi Jois, el creador de “Ashtanga Vinyasa”, y la mayor influencia de ramas como Power Yoga, Vinyasa y Jivamukti, entre otras.

(Pattabi Jois, cuando tomaba clases con Krishnamacharya)

Estos estilos han tenido un impacto inmenso en la gran mayoría de las clases de Yoga en la actualidad.

La clave aquí es el hecho de que Krishnamacharya fue contratado por el Maharaj de Mysore para enseñar a niños y adolescentes un estilo de Yoga que pudiera prepararlos para una posible guerra de independencia de los británicos.

Eso significaba que había un énfasis en la fuerza y ​​el atletismo (Vinyasas!).

A través de los años, Krishnamacharya cambió considerablemente sus secuencias y formas de enseñar, particularmente cuando sus estudiantes no eran adolescentes.

2. Una manera simple de hacer la práctica «caliente»

El «Vinyasa» es una forma sencilla de cansar a los estudiantes y luego mantenerlos calientes. No es sólo el perro boca abajo, sino también un pushup y un perro boca arriba, que tienen riesgos similares para las muñecas y los hombros.

Sin estas posiciones, es mucho más difícil para los profesores hacer sentir a la clase igual de desafiante.

3. Un entrenamiento con un centro de transición

El perro hacia abajo se puede usar para «vincular» posturas fácilmente a través de esta postura central. Eso significa que comenzamos y terminamos la mayoría de las otras posturas con un perro boca abajo, además nos quedamos allí mientras el maestro descubre «qué sigue».

¡Eso es mucho perro hacia abajo!

El peligro del uso excesivo

No estoy en contra del deseo de mantener el aspecto de «ejercicio» dentro de la práctica, ni creo que tejer posturas de manera fluida sea irrelevante.

Pero hay algunas razones muy importantes por las que usar el perro boca abajo para lograr esto puede ser contraproducente.

a) La mayoría de las personas no pueden hacer correctamente un perro boca abajo al principio.

Sí, la mayoría de la gente puede «ponerse en la pose». Pero pocas personas han desarrollado la fuerza en los músculos serrato anterior, manguito rotador y trapecio inferior para mantener la escápula en su lugar.

Curiosamente, esto es particularmente cierto en el caso de los estudiantes más flexibles, que tenderán a colapsar la parte superior de la espalda y rotar los brazos hacia adentro, lo que impide uno de los beneficios más importantes de esta postura: fortalecer los músculos que brindan estabilidad a los hombros.

Y para aquellos que son menos flexibles, especialmente en los músculos de la parte posterior del cuerpo, significa que se lleva mucho más peso en la parte delantera del cuerpo, por lo tanto, más compresión para las muñecas y mayor potencial estrés para la parte inferior de la espalda.

b) La mayoría de las lesiones del hombro se agravan con la hiperflexión del hombro.

El lugar más vulnerable para el hombro es el espacio subacromial, donde ocurren la mayoría de las lesiones, pinzamientos y bursitis del manguito rotador.

Si sufres de cualquiera de los problemas mencionados (que son MUY frecuentes), flexionar el brazo más de 90 grados con incluso una pequeña cantidad de rotación interna a menudo es doloroso y desaconsejable, ya que conduce a más pinzamiento o inflamación. Si le añades peso… peor.

(Perfecto ejemplo de una alumna cargando mucho peso adelante)

c) Tus pobres muñecas: demasiado demasiado pronto.

Si todo lo anterior no fuera suficiente… tus muñecas no suelen estar preparadas para soportar tanto peso durante tanto tiempo.

Puede que estés pensando: pero hay un montón de gente que practica Yoga, y no he notado que la mayoría tenga dolor de muñeca…

Si bien los factores de riesgo para el dolor de muñeca son demasiados para mencionarlos aquí, ten en cuenta que la mayoría de las personas que practican variaciones de Vinyasa Yoga son jóvenes.

Muchos de ellos comienzan yendo a clase una vez a la semana o menos, y poco a poco van aumentando la frecuencia de la práctica. Ser joven y desarrollar gradualmente la fuerza en los músculos y la resistencia de las articulaciones realmente ayuda.

Pero aquellos estudiantes que llegan al Yoga más tarde en la vida, que llevan más peso hacia adelante, que no hayan desarrollado suficiente fuerza en sus manos y que no se familiaricen con la práctica, tendrán un riesgo mucho mayor de desarrollar problemas en las muñecas.

Y desafortunadamente… los problemas de muñeca abundan en la comunidad de yoga, y es una de las razones por las que mucha gente deja de hacer yoga.

Qué puedes hacer al respecto

Gary Kraftsow, uno de los maestros que más me ha influenciado a repensar el perro boca abajo como una posición de nivel intermedio. A menudo les dice a sus maestros en formación que «prueben desarrollar clases sin usar el perro boca abajo en absoluto».

Él no está buscando ser irreverente con esa sugerencia.

Si aprendemos a hacer clases sin usar perro hacia abajo en lo absoluto, estaremos creciendo considerablemente en creatividad e ingenio. Estaremos también aprendiendo a enseñarle a una buena cantidad de la población que dice no puede practicar porque sufre de las muñecas.

 

La prueba del abuso del perro hacia abajo:

No creo que debamos llegar al extremo de prohibir esta postura en nuestras clases, sobre todo si enseñas clases de Vinyasa.

Pero sugiero que comencemos haciendo esta simple prueba: Graba el audio de tu clase de yoga y luego escúchalo, tomando notas sobre cuánto tiempo pasó en perro hacia arriba, hacia abajo, o chaturanga. Si sumando todo pasas más de 10 minutos de la clase sosteniendo el cuerpo con las manos, es posible que tengas trabajo por hacer para encontrar formas creativas de salir de esta rutina.

Te sugiero que empieces por repensar el calentamiento, como hice yo con esta alternativa a los Saludos al Sol tradicionales

Si aceptas este desafío, te aseguro la experiencia te ayudará a descubrir otras formas de concatenar posturas que no dependan tanto del perro hacia abajo, y te permitirá tener clases más seguras para un porcentaje alto de tus estudiantes.